En cierta forma la durabilidad del sofá no tiene relación directa con la dureza que sentimos al sentarnos en él. Te pongo un ejemplo, un sofá relleno de plumas es muy blando y esto no le resta calidad. Los sofás de plumas suelen ser de gran calidad y durabilidad, lo único, que debes realizar muy a menudo una serie de tareas de mantenimiento, entre ellas la de batir las almohadas cada día, de este modo evitarás que las plumas se apelmacen y deje de ser cómodo. También tendrás que rellenar con nuevas plumas cada dos o tres años.
Te doy otro ejemplo, esta vez de lo contrario. Un sofá con acolchado de goma espuma ofrece una sentada más dura, sin embargo si la goma espuma es de baja densidad, se estropean con el uso diario y su durabilidad será más corta.
Manuel de Albacete nos dice que quiere estar cómodo, pero también que el sofá no se hunda y dure mucho tiempo. En este caso nuestro consejo es que optes por los sofás rellenos de goma espuma de alta densidad o los híbridos de este material con fibra hueca siliconada. En estos casos la sentada es más dura que la pluma, pero no necesitan de tanto mantenimiento. Además duran bastante tiempo.
No te preocupes si en el medio plazo notas que el sofá ha perdido dureza o comodidad y se hunde, simplemente debes renovar la goma espuma, darle volumen, en este post te explicamos cómo. Pero si no te ves capaz siempre puedes acudir a un tapicero profesional. Te dejará el sofá como nuevo.
Otro factor que debes tener en cuenta si quieres un sofá para que dure muchos años, es el material de su estructura o armazón, los de madera maciza y los de tubo de hierro son los más resistentes al uso diario. Evita los sofás de madera conglomerada y de metales que se oxidan o doblan con facilidad.