A la hora de comprar un sofá son muchos los factores que pueden afectar en nuestra decisión. Cuando se trata de comprar un sofá de piel o cuero hay una duda en particular que suele presentarse entre los compradores. Ésta es, si dan calor este tipo de piezas en verano. En este post os voy a contestar esta pregunta.
La sensación térmica que sentimos al sentarnos o tumbarnos en un sofá de piel, dependerá del tipo de piel. Como os comentamos en un post anterior en el mercado existen distintos tipos, según sea la composición de ésta. Podemos encontrar sofás de piel natural cuya calidad y precio es mayor, y sofás de piel sintética (polipiel, similpiel y mediapiel) que tienen una mayor durabilidad y que con el paso de los años y las mejoras en su fabricación han mejorado su calidad, siendo en algunos casos difícil de distinguir de los de auténtica piel natural.
Sí adquirimos un sofá de piel natural, la respuesta a la pregunta es claramente no, a pesar del mito que existe de que son calurosos en verano y fríos en invierno. Este tipo de cuero o piel al ser natural cuenta, al igual que la piel humana, de poros que la convierten en transpirable, de tal forma que no desprenden calor ni frío, se adaptan a la temperatura ambiente.
Así, si nuestro salón o la habitación que alberga el sofá, está a 24 grados, la piel del sofá, estará a esa temperatura. Esto hace que cuando, por ejemplo, llegamos de la calle con exceso de calor, al sentarnos en el sofá inmediatamente, nuestra temperatura corporal se traslada al sofá, teniendo la sensación de que desprende calor. A medida que nuestro cuerpo se adapta a la temperatura ambiente, también lo hace el sofá, desapareciendo esta sensación. Para evitar los primeros momentos de calor, lo mejor es esperar un poco a que nuestro cuerpo se adapte a la temperatura interior y después sentarnos.
También es importante que consideréis que este tipo de sofás requiere de ciertos cuidados a la hora de realizar su limpieza, como os explicamos en este otro post sobre limpieza de los sofás de piel o cuero blancos o de colores claros. De ahí que es conveniente esperar a que el exceso de sudoración de nuestro cuerpo desaparezca, antes de sentarnos o tumbarnos en el sofá, con el fin de evitar manchas de sudor en la piel o cuero, muy molestas, sobre todo, en los sofás blancos o de colores claros.
En cambio, los sofás de piel sintética, ya sean de polipiel, mediapiel o similpiel, no son transpirables, por lo que en verano sí transmiten calor y en invierno, frío. Al no transpirar, absorben nuestro calor y nos hacen sudar más.
Desgraciadamente no existe en el mercado, ningún producto ni natural ni químico con el que se pueda tratar la piel sintética, para que no desprenda calor. Además, aplicar productos como sprays, cremas o líquidos empeorará esta sensación.
La mejor solución, para poder estar fresquitos en verano, sentados en este tipo de sofás, es cubrirlo con una funda o tela de materiales frescos como el algodón o lino, que impedirá que el calor de nuestro cuerpo sea absorbido por el sofá. Además, de evitar manchas de sudor, cremas bronceadoras, hidratantes…en el sofá.
Nuestro consejo es que esta pequeña desventaja de fácil solución no os impida disfrutar de la comodidad, el diseño y elegancia de los sofás de piel. Y ya sabéis sí es de piel natural, mucho mejor ya que es falso el mito que dice que dan calor en verano.
Espero haber resuelto vuestras dudas y os animo a echar un vistazo a nuestra gama de sofás de piel en nuestra tienda Delsofa.es.