¿Sofás desenfundables o fundas?
En principio no es necesario ni lo uno ni lo otro, la mayoría de las tapicerías se limpian con facilidad e, incluso, reciben en su fabricación un tratamiento antimanchas. Si hay que elegir, preferimos recomendar los sofás desenfundables a las fundas.
Los sofás parcial o totalmente desenfundables te ofrecen la practicidad del lavado a máquina o en tintorería y no dejan oculto la belleza y el aspecto real del sofá, al dejar caer una funda encima de la pieza.
No toda la tapicería de un sofá suele ser desenfundable. Es recomendable que lo sea, al menos, en las zonas del sofá en donde la tapicería puede sufrir más: si habitualmente apoya directamente partes de su piel en él, si os sentáis en él para comer o cenar, si tienes niños o mascotas en casa… Ten también en cuenta el color de la tapicería, si le gustan de color claro también recomendamos que pueda desenfundarse.
Hoy en día, en la fabricación de la mayoría de los sofás se ha incluido esta mejora, sin que ello afecte gravosamente al precio.
Las fundas, a pesar de poder fabricarse a medida, nunca ajustan a la estructura y asientos del sofá a la perfección, con lo que se perderá visualmente su estética, diseño y líneas del sofá.
Otro aspecto negativo es su precio: es alto si están hechas a medida pues requieren el mismo proceso (desplazamiento, tomar medidas, hacer retoques,...) que hacerse un traje “a medida” (la confección para un juego de tres y dos plazas cuesta unos 500 euros). Sólo te recomendamos las fundas si tiene niños pequeños o mascotas en casa.