¿Qué son esas marcas que tiene grabada la piel?
Las pieles presentan dos tipos de grabados.
Uno es el natural, que se compone de: las marcas propias adquiridas por el animal en vida -como por ejemplo cicatrices- y unas arrugas muy parecidas a las que se forman en el reverso de nuestras manos (las utilizadas para “leer el futuro”); si apreciamos cualquiera de estos dos tipos de señales estaremos, seguramente, ante una pieza de piel valiosa, de capa alta y posiblemente lo que denominamos calidad Flor.
El segundo tipo de grabado, es el artificial, el que encontramos en todas las pieles -pretendiendo imitar el dibujo que hace la piel humana en el anverso de nuestra mano-, este grabado se consigue mediante impresiones artificiales con planchas metálicas a 250 grados centígrados de calor. Suele ocurrir que los grabados más fuertes, las impresiones más remarcadas se encuentran en las pieles de peor calidad (jugando con el desconocimiento del cliente).
Estas huellas no deben confundir al cliente sobre la autenticidad del producto. Pues se pueden imprimir estas grabaciones sobre productos sintéticos (como la polipiel) con el fin de obtener una mayor semejanza con el producto auténtico.
Con el paso del tiempo, a la piel de un sofá si es auténtica, le ocurrirá lo que nos ocurre a los humanos, con nuestra piel, con el paso del tiempo: se estirará, cederá y se suavizará su color y al tacto. Los productos sintéticos corren, sin embargo, el peligro de cuartearse y desteñirse.