Sobre la tapicería de piel
La tapicería de piel es hoy un producto exclusivo a precio totalmente asequible, es producto de moda, pieza única. La piel es fresca al contacto y cálida a la vista.
El grueso de la piel “en carne” -con el animal en vida- suele ser de entre 1 y 2 centímetros. Las pieles de un sofá tienen unos gruesos de entre 0,9 y 1 milímetro, llegando aquellas de mejor calidad a tener grosores de entre 1,4 y 1,5 milímetros.
En este enlace puede encontrar mucha más información sobre el proceso de obtención de las tapicerías en piel y sus propiedades.
Los artículos en piel que ofrecemos a nuestros clientes se han sometido a 4 distintas pruebas calidad: la prueba de resistencia y desgarro de la piel, la prueba y ensayo de resistencia al fuego, las pruebas de resistencia de estructuras del mueble de cuero y la prueba de desgarro en tejidos y pieles por frotación.
La piel que vendemos en nuestra tienda online y establecimientos procede de la vaca -piel vacuna-, sepa que en ocasiones también se comercializan otras pieles como las de cerdo o caballo.
La piel (o cuero) se divide en tres partes: epidermis, dermis e hipodermis (esta, la capa más baja). A su vez, la dermis se subdivide en flor y capa reticular.
En el ámbito comercial, la diferenciación de pieles se hace en cuanto a su calidad:
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Piel flor: es la primera capa o capa superficial. Piel que ha sido poco tratada o rectificada. Probablemente pueda mostrar cicatrices o señales que el animal pudiese sufrir en vida, lo que imprimirá en el producto autenticidad.
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Piel rectificada (o serraje): toda la que no es piel flor. Toda esta piel ha sufrido tratamientos. Son pieles naturales de menor precio y se encuentran en una capa inferior a la flor.
La piel se “rectifica”, corta y suaviza, con lijas más o menos abrasivas. Hay pieles flor que por su calidad inicial, la juventud del animal y por lo poco dañada que está no necesitan ser lijadas -o rectificadas-. Hay pieles que necesitan de muchas pasadas de lija para mejorar su aspecto y suavidad.
El resultado final del producto no sólo dependerá de la preparación, curtido y acabado de la piel, también de una buena selección del bruto, en especial de la procedencia de los animales y del estado de calidad de sus pieles (el menor número de cicatrices, señales, etc.).